jueves, 26 de mayo de 2011

PUNTOS BASICOS

Aparte del método elegido para su conferencia, charla o exposición, deberá tener en cuenta ciertos puntos básicos a cualquier tipo de charla:

1. Ser breve en los agradecimientos y reconocimientos previos a la charla.

2. Mantener la cabeza elevada y mirar al frente y a la audiencia, siempre que podamos.

3. Cuidar la voz. Emplear un tono adecuado, una vocalización correcta y un volumen adecuado.



Lo mejor que podemos hacer antes de una "actuación" en público es practicar:

1. Lea su ponencia en alto varias veces para escucharse. E incluso, grábela y escúchese o tenga a alguien con Usted para que opine.

2. Utilice su lenguaje corporal y sus gestos, como si estuviese delante del público. Lo mejor es practicar delante de un espejo.

3. Procure memorizar las partes fundamentales del texto, para evitar una continua lectura del mismo y estar demasiado tiempo con la cabeza baja - cabizbajo-.

METOS A UTILIZAR EN UNA CHARLA

El método a utilizar es de gran importancia para el éxito de la charla. Tenemos como principales métodos:

v  Informativo.

Lo que se expone es nuevo para la audiencia, y se expone de forma clara y precisa, para que la información expuesta sea de utilidad al público asistente.

v  Persuasivo.

El orador trata de explicar características de un producto o servicio, de convencer de la conveniencia del mismo.

v  Entretenimiento.

El motivo de la exposición suele tener una finalidad de entretenimiento.

FOTICOS

MODELO SPAM

Uno de los modelos más conocidos para una correcta exposición hablada es el modelo SPAM. Este nos da 4 puntos básicos:

1. Situación.

Tener en cuenta la hora y el lugar donde se va a celebrar el acto.

2. Propósito.

Las metas que el orador espera obtener con su charla.

3. Audiencia.

A que personas va destinada nuestra charla.

4. Método.

Que método vamos a utilizar para nuestra charla.

PUNTOS FUNDAMENTALES

A la hora de hablar no debe olvidarse estos puntos fundamentales:



1. Coloque el micrófono a la altura correcta y compruebe que el sonido llega a toda la sala.

2. Organice bien la introducción, desarrollo y conclusión de la charla.

3. No abuse de los gestos y la expresión corporal.

4. En la medida de lo posible, interactúe con los oyentes, para hacerlo más ameno.

5. Hable como si se dirigiera solo a una persona.

6. Si va con retraso, resuma partes poco importantes.

7. Evite cualquier tipo de distracción: ruidos, móviles, música, etc.

PERDER EL MIEDO A HABLAR EN PUBLICO

PASOS  PARA EXPRESARNOS EN PUBLICO


1. Conocer los destinatarios.
Quien va a ser nuestra audiencia: estudiantes, profesionales, empresarios... nos ayudará a enfocar nuestra exposición de forma correcta.

2. Organización.
Exponer de forma organizada todos los temas nos permite que sea más fácil seguir el "hilo" de nuestra charla.

3. Extensión.
Exponga solamente lo fundamental del tema. No quiera extenderse hasta agotar el tema. Acabaría cansando al público y perdiendo su atención.

4. Objetivos.
Debemos concretar bien y de forma definida los objetivos de la charla, ponencia o conferencia. Tenemos que "tener claro" cuál es el mensaje que queremos transmitir a nuestra audiencia, sin repetirnos en interminables palabras que no nos conducen a ninguna conclusión clara.

5. Ayudas.
Cuente a su lado, con todo tipo de ayudas que hagan comprender mejor la exposición que está realizando: proyectores, ordenadores, diapositivas, gráficos y cualquier tipo de documentación que pueda facilitar a los oyentes. Ahora bien, sin abusar de los mismos, marginando totalmente al orador
LA DIALÉCTICA


Es un método filosófico de argumentación, proveniente de la antigua Grecia, o más bien popularizado allí, ya que ha estado presente de alguna forma y otra en todas las grandes culturas.

En contraposición al método de la dialéctica, tenemos a la "retórica", en donde este diálogo está ausente, y una sola persona o voz argumentan defendiendo una postura.

En sus comienzos, se refería a la exposición de argumentos en un diálogo, pero más recientemente en la historia se utiliza el término también para la búsqueda de contrapuestos de tal manera de trascenderlos y llegar a una "síntesis".

La versión más clásica de la dialéctica la encuentras en Sócrates (específicamente en lo que conocemos como el método socrático, en la obra de Platón), y en otras culturas como en el hinduismo y budismo. Su utilización en la filosofía contemporánea la encuentras en Hegel (su estudio de la historia y naturaleza en torno a la dialéctica) y Marx. Este último (Karl Marx) junto con Friedrich Engels prácticamente se apropiaron del término, exponiendo una nueva corriente filosófica en su materialismo dialéctico

La utilización en este sentido de la dialéctica concibe al mundo y sus procesos como un juego de opuestos que terminan reconciliándose, pasando a formar nuevos opuestos y así sucesivamente.


LA ORATORIA



Es un género literario en prosa que, como manifestación práctica de la retórica, nació alrededor de la mitad del siglo V a. C., aunque los primeros discursos elaborados literariamente no comenzaron a publicarse por escrito hasta comienzos del siglo IV a.C. Desde el principio del género se destacó su carácter práctico. A diferencia de otras manifestaciones literarias, destinadas a la instrucción o al simple deleite, la oratoria ocupaba un papel decisivo en la vida pública de la polis y se desarrolló siguiendo el estímulo de dos figuras solidarias, la del maestro (un rector o sofista instructor en el arte de la retórica) y la del discípulo (el orador que tenía que pronunciar un discurso). Existían maestros a sueldo que enseñaban a ser oradores y que transmitían el qué, el cómo y en qué orden debían expresarse aquellos que tuvieran la obligación de hablar en público en los diferentes contexto cívicos en Atenas.


LA RETORICA


Para la creación retórica de discursos y para la creación de un texto en general, ya sea literario o pragmático, hay que seguir determinado proceso que se encargó de estudiar la Retórica desde los tiempos de Gorgias. Dicho proceso consta de cinco fases, según canonizó Cicerón: Inventivo o invención, Dispositivo u ordenamiento, Elocutivo u ornato, Memoria y Acto u acción. Los tres primeros son fundamentales, los dos posteriores son de índole pragmática, cuando el discurso se pronuncia.

LA ELOCUENCIA

Nació antes que las reglas de la retórica, así como las lenguas se formaron antes que la gramática. La Naturaleza da elocuencia al hombre cuando le agitan grandes pasiones o le impulsa un gran interés; el que está vivamente conmovido ve las cosas bajo otro punto de vista que los demás hombres: usa rápidas comparaciones y felices metáforas, sin darse cuenta de ello, animando su discurso y comunicando a los que le oyen parte de su entusiasmo. El filósofo Dumarsais nota que hasta el pueblo se expresa por medio de figuras, y que le son comunes y naturales los giros que llamamos tropos. El hombre elocuente consigue que la Naturaleza se refleje en las imágenes con que embellece su peroración. El deseo natural de cautivar a sus jueces y a sus maestros, el recogimiento de su alma profundamente afectada, que se prepara a desarrollar los sentimientos que la excitan, son los primeros maestros del arte.


HABLAR EN PÚBLICO

En realidad hablar en público no tiene nada de especial. No es una cualidad que se herede genéticamente ni tampoco un don divino. Es u arte que se puede aprender.

Hay una pregunta: ¿Es capaz de situarse frente a un grupo de personas y de persuadirlas, estimularlas y, finalmente convencerlas?

El “miedo al escenario” no es vergonzoso.  Lo padecen incluso los más curtidos profesionales de la oratoria y actores de reconocida trayectoria, quienes afirman que en el miedo es estimulante, despierta la mente y la lengua y desarrolla la sensibilidad de los centros nerviosos, adaptándolos a las necesidades del momento.

El antídoto más eficaz contra el miedo al escenario  cuando se lee o se pronuncian discursos es una preparación total, textual y rigurosa.

El tropiezo de algunos profesionales cuando están al frente a un público tiene una explicación muy sencilla: falta de preparación, indiferente olvido de lo esencial, incapacidad de familiarizarse exhaustivamente con lo que uno tiene que decir.